sábado, 6 de octubre de 2007



CANDAMO, MARAVILLA NATURAL DEL PERÚ Y DEL MUNDO, SERÍA VULNERADO POR GOBIERNO PERUANO PARA PERMITIR EXPLOTACIÓN DE GAS Y PETRÓLEO

SUSTENTO TÉCNICO EN CONTRA DE LA PROPUESTA LEGISLATIVA QUE PRETENDE REDUCIR LA EXTENSIÓN DEL PARQUE NACIONAL BAHUAJA SONENE EN MÁS DE 200,000 HA


Una propuesta de Ley asumida por el Ministerio de Agricultura habría sido presentada ante el Consejo de Ministros el día 26 de septiembre con el objetivo de aprobar un recorte en Doscientas Nueve Mil Setecientos Ochenta y Dos punto Quinientos Treinta y Siete hectáreas (209,782.537 ha) del Parque Nacional Bahuaja Sonene (PNBS), una de las áreas emblemáticas del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – SINANPE, que incluye la cuenca del río Candamo. Esta reducción responde a una política de Estado que pretende facilitar el aprovechamiento de hidrocarburos a través del establecimiento de un lote, sin considerar el precedente legal que atenta contra el mandato constitucional para la conservación de las áreas naturales protegidas.


El Parque Nacional Bahuaja Sonene, creado en 1996 y declarado en el 2002 como uno de los siete santuarios naturales más emblemáticos del planeta por la National Geographic Society, protege ecosistemas y especies únicas en el país y el mundo. En el mismo se han registrado 1088 especies de fauna, de las cuales 18 especies son endémicas y 35 vulnerables (3 en peligro, 6 raras y 26 propiamente vulnerables) entre las que se encuentran el oso de anteojos, el lobo de río, el águila arpía, entre otros. Específicamente en el Candamo, área que se vería afectada por el recorte, encontramos un tipo de bosque único que es el bosque de nubes de baja altitud que se desarrolla por debajo de los 1000 msnm, y los cerros del Távara, ambos con alta diversidad de especies.


El PNBS garantiza la protección de las cabeceras de las cuencas del río Tambopata y de sus principales afluentes, como es el río Malinowski. El parque es una fuente de recursos alimenticios y agua para las poblaciones indígenas y locales a lo largo del bajo Tambopata e incluso a la ciudad de Puerto Maldonado sobre el río Madre de Dios. Asimismo, las tierras surcadas por los afluentes del Tambopata dentro del corazón del Parque, los ríos Távara, Candamo y Guacamayo, son parte del territorio ancestral de la cultura Ese’Eja.


Por su ubicación geográfica en el centro del Corredor de Conservación Vilcabamba – Amboró, el parque contribuye a la continuidad de poblaciones y procesos ecológicos que ocurren en el ámbito, uniendo áreas naturales protegidas de Perú y de Bolivia. La zona del Candamo, dentro del Parque Nacional Bahuaja Sonene, comparte con el Santuario Histórico Machu Picchu el privilegio de constituir las zonas núcleo o lugares de mayor importancia en territorio peruano de este Corredor, espacio binacional que constituye una de las zonas más importantes de concentración de biodiversidad del planeta.


a. Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) no se establecen por capricho y tampoco de la noche a la mañana.


Es importante recordar que las ANP se establecen mediante Decreto Supremo como resultado de un proceso que incluye la elaboración de un expediente técnico que permite conocer la importancia del área en términos de diversidad biológica y cultural. Dicho proceso incluye un importante componente de consulta ciudadana.


De acuerdo a nuestro marco jurídico, la reducción física de las ANP debe hacerse a través de una ley, vale decir, una norma de mayor rango que un Decreto Supremo. Dicho de otro modo, la legislación exige el cumplimiento de condiciones mayores para la reducción de un área que para su establecimiento. Bajo esta lógica, si el establecimiento de un ANP exige que se elabore un expediente que sustente técnicamente la propuesta y que se lleve a cabo un proceso de consulta, entendemos que la reducción de estas áreas deberían cumplir, como mínimo, con las mismas condiciones.


En primer lugar, se debería contar con una propuesta técnica que justifique la decisión de reducir la extensión del parque, y que sustente que esa porción del área ya no es importante para la viabilidad e integridad del parque y que por lo tanto no vulnera el Patrimonio de la Nación de todos los peruanos, representado por el Parque Nacional. ¿Cuáles son los criterios técnicos que sustentan la propuesta de reducir en 200,000 ha la extensión del Parque Nacional Bahuaja Sonene? Ninguno. La única razón aparente que pudiera sustentar la propuesta de ley presentada es la potencial oportunidad de aprovechar hidrocarburos. Si eso justifica dar marcha atrás en la protección de nuestro patrimonio, también entonces este gobierno podría abrir Machu Picchu o Chan Chan para el petróleo.


El punto es que aun cuando existan hidrocarburos en el parque, la reducción se plantea sobre un área que por su naturaleza de protegida tiene un reconocimiento constitucional (artículo 68). Este es Patrimonio de la Nación y de la Humanidad, es decir, de todos los peruanos, y por ello, como lo reconoce la ley, ha sido creada con carácter permanente y no en función de intereses económicos o de flujos del mercado. El Parque Nacional Bahuaja Sonene es un área que beneficia a las poblaciones humanas que se encuentran a su alrededor. Es lamentable que siempre nos olvidemos de cuantificar el gran valor que tienen estas áreas para suministrar bienes y servicios a los pobladores locales. Bienes, tales como productos fuente de proteínas y servicios como agua limpia en suficiente cantidad. Es innegable que la captura de carbono como servicio ambiental a nivel global seguirá aumentando en importancia en los siguientes años, y la atención mundial se va a dirigir necesariamente a este continente. Por último, es necesario tener en cuenta que es posible garantizar la permanencia de estos servicios mientras se mantenga la integridad del bosque.


b. Las Zonas de Protección Estricta son el corazón de un Parque Nacional


Una de las principales categorías del Sistema de Áreas Naturales Protegidas por el Estado son los Parques Nacionales, por ser áreas que albergan muestras representativas de la biodiversidad del país. La zonificación al interior de estas áreas determina la existencia de las zonas de protección estricta, las cuales concentran ecosistemas únicos, raros o frágiles, los que para mantener su valor requieren estar libres de factores que los vulneren. Es por ello que se les otorga una mayor protección estableciendo sobre ellas mayores restricciones de uso.


Efectivamente, los Parques Nacionales son la categoría emblemática más importantes del Sistema de Áreas Naturales Protegidas por el Estado - SINANPE, y es por ello que son clasificadas como áreas de uso indirecto con carácter de intangibilidad. Ello implica en la práctica, que en esas áreas no se pueden llevar a cabo actividades de aprovechamiento de recursos naturales no renovables. En otras palabras, por ley el aprovechamiento de hidrocarburos en zonas de protección estricta no es posible.


Estas zonas de protección estricta son el corazón de los parques y eliminarlas o desafectarlas implica un riesgo gravísimo a la viabilidad de la totalidad del parque, viabilidad que se refiere a que esos espacios sigan permitiendo la sostenibilidad de su diversidad biológica e importantes servicios ambientales. Justo en el momento en que se abren posibilidades de negociación de venta de carbono proveniente de ecosistemas prístinos como Bahuaja Sonene, la decisión de recortar el parque es un suicidio ecológico y económico.


Miremos la política de gobierno de Ecuador. En contraposición al planteamiento de nuestro Poder Ejecutivo, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, acaba de anunciar que no va a explotar los yacimientos hidrocarburíferos del Parque Nacional Yasuní y, bajo esta promesa está buscando donaciones del exterior por 350 millones de dólares, propuesta que ha sido bienvenida en Alemania, Noruega, Italia y el Banco Mundial. El presidente Correa declaró a la BBC: “Estamos presentando una nueva vía para prevenir el calentamiento global. En lugar de comerciar con emisiones producidas – bajo el protocolo de Kyoto – estamos proponiendo evitar su producción al mantener el petróleo bajo suelo”.


c. Una decisión política, ecológica y económicamente errada


Las ANP forman parte del Patrimonio de la Nación, ya que son bóvedas naturales en donde protegemos la diversidad biológica, nuestra principal fuente de oportunidades para el presente y el futuro. Es por ello que la Constitución establece el mandato legal de protegerlas. Al mismo tiempo se ha desarrollado una extensiva legislación para regularlas, suscribiendo el Perú una serie de convenios y acuerdos internacionales, como el Convenio de Diversidad Biológica, en los que se compromete a protegerlas y gestionarlas adecuadamente. Pero no sólo eso, el mismo TLC en el Capítulo 18.3 del Protocolo de Enmienda señala que las partes reconocen como inapropiado debilitar o reducir las protecciones ambientales con el fin de promover inversiones.


En tal sentido, levantar el estatus de protección de la cuenca del Candamo provocaría su inmediata invasión por mineros y madereros ilegales. Con esto se estaría favoreciendo la expansión de facto de dos actividades específicamente denunciadas por el Partido Demócrata de los Estados Unidos de Norteamérica, quienes finalmente aceptaron levantar su oposición al TLC con Perú bajo la condición de que se fortalezcan los compromisos laborales y ambientales al Tratado.


Una vez recortado el Parque Nacional Bahuaja Sonene, un área protegida de primer nivel, ningún elemento de nuestro patrimonio natural quedará a salvo. Existen buenos motivos para sospechar que ése es el camino delineado por la actual política de Estado. Coincidentemente, la propuesta de ley menciona el potencial hidrocarburífero en el Parque Nacional del Manu, otro de los parques nacionales más importantes del mundo. Recientemente se declaró el Parque Nacional Cordillera del Cóndor recortando más de 60,000 ha de la propuesta técnica, justamente la zona de mayor valor cultural y de conservación, contra la voluntad expresa de catorce comunidades nativas. ¿Qué opinarán los congresos del Perú y de EEUU sobre esta malaconsejada iniciativa del Ejecutivo?


Conclusiones


1.Reducir en más de 200,000 ha la extensión del Parque Nacional Bahuaja Sonene, justamente en su zona núcleo y más importante, no es una decisión que pueda tomarse en base solamente a la existencia de petróleo. Nuestra Constitución y marco legal obligan a que esa decisión deba sustentarse en razones técnicas que determinen que no se afectará el patrimonio de todos los peruanos.


2. El recorte de áreas protegidas en el mundo favorece el desorden social y genera una serie de externalidades que el gobierno peruano no está considerando ni está dispuesto a asumir y que posteriormente endosa a las empresas, situación reiterativa en el tema minero y petrolero que parece no generar lecciones aprendidas.


3. La propuesta de reducción del parque, efectivamente, no asegura la protección de esta área frente a actividades como la extracción maderera y la minería. Esta última ya se viene desarrollando en la zona de manera no contratada contaminando ríos y destruyendo bosques, como se demuestra en Huaypetue, con miras a seguir expandiéndose hacia las áreas protegidas.


4. Esta decisión amenaza la aprobación del TLC con Estados Unidos ya que vulnera directamente una de las cláusulas del Protocolo de Enmienda del Tratado.


5. Reducir Bahuaja Sonene es igual a decirle sí a la reducción del Santuario Histórico Macchu Picchu porque en el subsuelo hay petróleo. ¿Va a ser ésta, nuestra política de largo plazo como Nación?


Créditos:


Documento elaborado por Rosemarie Ávila (WWF), Giannina Da Roit (DAR), Mariella Laos (SPDA) y Bruno Monteferri (SPDA), lunes, 01 de octubre de 2007

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