jueves, 23 de diciembre de 2010

Libertad y prosperidad: nuestro compromiso con los pueblos indígenas

Ivan Kriss Lanegra Quispe


Carlos Quispez - La mineria, 1952
Mario Vargas Llosa, nuestro Premio Nobel de Literatura, nos ha recordado en días recientes que "...la emancipación de los indígenas es una responsabilidad exclusivamente nuestra y la hemos incumplido". Esta afirmación, de indudable naturaleza ética, nos debe conducir de la reflexión a la acción concreta: ¿cómo construir la prosperidad de los pueblos indígenas de nuestro país? 

El Premio Nobel de Economía en 1998, Amartya Sen, ha afirmado que la libertad es valiosa porque nos da la oportunidad de perseguir nuestros propios objetivos, sirviendo a nuestra capacidad para decidir cómo vivir.

Son muchos los factores que reducen la capacidad de las personas para elegir. En el caso de los pueblos indígenas, la ausencia de medios como el acceso a buenos servicios de salud y a la educación, así como a servicios públicos básicos, la falta de medios de comunicación, se suman a las debilidades en el proceso de reconocimiento y seguridad jurídica de las tierras que ocupan y a su limitada participación de los beneficios derivados del aprovechamiento de los recursos naturales de su entorno. Indudablemente, estos factores limitan sus opciones reales y, por consiguiente, trabajar a favor de la libertad implica eliminar estas carencias. De ahí la preocupación de la Defensoría del Pueblo por el denominado "derecho al desarrollo" de los pueblos indígenas y de la población menos favorecida. Por ello, nuestras acciones defensoriales buscan superar la falta de acceso a los servicios de agua potable, electricidad y telefonía en las zonas rurales. Del mismo modo, dan cuenta de la insuficiente atención en salud a las comunidades nativas o del continuo llamado a mejorar elproceso de reconocimiento de la propiedad, así como de la necesidad de mejorar la educación intercultural bilingüe, entre otros temas prioritarios. De esta forma, la atención de los derechos económicos y sociales constituye una parte importante de la agenda defensorial. Esta es una condición esencial para la generación de oportunidades reales de prosperidad para los pueblos indígenas de nuestro país. De lo contrario, enfermedades como la hepatitis pueden amenazar la existencia de comunidades enteras. Además, una educación en un idioma que los niños no entienden restringirá al mínimo su aprendizaje y, con ello, las opciones de acceso a la educación secundaria y superior. Asimismo, una sociedad comprometida con la libertad en un contexto multicultural debe aprender que la prosperidad puede adoptar diversos contenidos y significados.

 Por ello, debemos evitar que se empobrezca el sentido del "desarrollo" al limitarlo solamente a sus aspectos económicos. Peor aún será que prosigamos pretendiendo que todos compartamos una sola manera de entender qué es el bienestar.Como sostiene Sen, la libertad también es valiosa porque es inherente al propio proceso de elección de los modos y caminos hacia la prosperidad. Ello explica la enorme relevancia de los derechos a la participación y a la consulta de los pueblos indígenas que, en consonancia con el preámbulo del Convenio 169 de la OIT, son los mecanismos que les permitirán asumir el control de sus formas de vida y de su desarrollo económico, manteniendo y fortaleciendo su riqueza cultural, en el marco de los Estados en los cuales viven. La consulta es un derecho que expresa el reconocimiento de la libertad de elegir. 

El año pasado, a consecuencia de los trágicos sucesos ocurridos el 5 de junio, se constituyó un espacio de diálogo entre representantes gubernamentales y las organizaciones indígenas amazónicas. Pero aún está pendiente la agenda que surgió de dicho proceso: se debe aprobar la Ley de Consulta, así como una regulación forestal que brinde oportunidades reales a los pueblos indígenas. Del mismo modo, se ha tornado urgente la atención a la denominada "agenda histórica" mediante la implementación de un plan nacional de desarrollo. Esta situación no puede prolongarse más si queremos dejar atrás, en palabras de nuestro Premio Nobel, la vergüenza y el oprobio de esta asignatura pendiente. Ponerle fin será, en cambio, la expresión de un compromiso sincero con la libertad y la prosperidad. 

Artículo publicado el 17 de diciembre de 2010 en el diario Gestión, pp. 31

Cuadro: Carlos Quispez - La Minería, 1952

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